“Definir qué es el ‘Drag Queen’ es bastante complejo”, refiere Ariel Fuentes ‘Miz Destroy’ (28 años) y explica que “no hay una respuesta puntual. Para mí es una forma artística de expresión. Siempre me gusta decir que cuando hacemos Drag todos nuestros recuerdos, vivencias, oscuridad, podemos sacarlos y plasmarlo en una obra de arte. Es una forma de liberación, es poder ser uno mismo, romper barreras y estereotipos. Aunque también puede ser un trabajo, un hobby y hasta una forma de vida. Lamentablemente, acá en Argentina, es bastante difícil vivir del Drag, pero puede significar una fuente ingreso. Es arte y es trabajo”, sintetiza.  

“Terminé la escuela secundaria y me fui a estudiar y a vivir a Córdoba”, cuenta Ariel. “Siempre me gustó y quise dedicarme al teatro, pero también estaba ese prejuicio, de ‘si estudias arte te vas a cagar de hambre’, entonces, el primer año estudié Publicidad” y reconoce; “no es que no me gustaba la carrera, había espacios donde podía aplicar mi creatividad, pero sabía que no era lo mío, entonces al año siguiente, me animé, llamé a mi papá y le dije: ‘voy a estudiar teatro’. 

 “Con mi familia nunca tuve drama, siempre me apoyaron, han ido a verme a shows, a eventos. De hecho, mucha de la ropa que utilizo de vestuario se la saco a mí mamá o mis tías me donan zapatos”.

“En Córdoba hice tres años de la Licenciatura en teatro, y en el tercer año descubrí el mundo del maquillaje. Fue todo muy de a poco, primero empecé pintándome las uñas, lo que significó también derribar prejuicios míos. Después dije, me voy a comprar un delineador, un arqueador de pestañas y ahí fue que descubrí el Drag, por un reality show de la tele de aquel momento”.

“En el Drag te subís a un escenario, después de sacas la peluca, y volves a tu vida cotidiana. Puedo combinar el teatro, el maquillaje, la moda, crear mis propios vestuarios. Fue una construcción que se fue dando. Creo que lo primordial es disfrutarlo. Ya van a ser ocho años que hago Drag. Comencé en Córdoba haciendo presencias en un boliche. De ahí en más fui construyendo mi camino”.

MIZ DESTROY. “Podría decir que es un nombre artístico, aunque ya está incorporado en mi vida: Destroy o Ari”, define. Y cuenta: “cuando comencé a hacer Drag me encontraba como en un pozo, en un momento de depresión, entonces fue sacar lo feo y transformarlo en algo lindo. Estaba muy destruido en aquella época, era chico, viviendo en una ciudad grande, solo, y cuando descubrí el Drag; me quedé con esta palabra en inglés 'Destruction', la achiqué y dejé 'Destroy', y el 'Miz', es la parte femenina, que también está muy vinculada en mi vida. De toda esa oscuridad nació mi Drag y fue evolucionando. En esa época mi vestuario y maquillaje eran lágrimas corridas, sangre, heridas, era algo metafórico de todo lo que estaba pasando”. 

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DE MUSAS Y OTRAS YERBAS. “Lady Gaga (cantante, actriz, activista y diseñadora de moda estadounidense) es mi Dios, toda mi adolescencia la hice con ella, escuchándola. En la escuela siempre me hicieron bullying, típico de un niño gay. Sentí que me ayudó con su música, de muy chico, verla con todos esos vestuarios que tenía, con esos zapatos gigantes. Claramente, es mi inspiración en todos los shows que hago, en el mismo teatro, siempre está ella. Después mi mamá, mis tías, desde muy chico tuve una fascinación por los zapatos”, describe Miz Destroy a Con Sello. 

“El mundo Drag es muy amplio, algunas crean sus personajes, otras hacen criaturas oscuras, otras quieren ser más mujer tipo modelo, tenes para elegir”, relata Miz.

VOLVER Y NUEVO DESAFÍO. “Cuando corría el 2021, en el marco de la pendemia por coronavirus, Ariel regresó a Comodoro Rivadavia. Al poco tiempo comenzó a realizar presentaciones de Drag Queen en su ciudad natal, lo que significó un nuevo desafío. “En Córdoba hay más visibilidad del mundo Drag, y cuando regresé tenía ese miedo, esa incertidumbre, de no saber cómo iba a ser la recepción de la gente de acá”. 

“Entré a Instagram a buscar 'Teatro en Comodoro' y ahí conocí a la directora de Teatro Amakaik, Ana Karina Ávila, que ella hacía eventos de transformismo, de Drag y de su mano me presenté por primera vez acá. Cada tanto hacemos presentaciones con esta compañía”. 

“Yo tenía mucho miedo, tenía dudas sobre cómo iba a reaccionar la gente en Comodoro, que tal vez es más reservada. Pero hasta ahora no tuve ningún momento feo ni de rechazo. Sí hay mucha duda y curiosidad”.  

“La verdad es que al público le gusta y no deja de ser algo novedoso. Creo que es algo divertido, si lo haces con amor, con ganas de que vean tu trabajo, la gente lo va a percibir y lo va a tomar muy bien”, refiere Miz. 

MUNDO DRAG EN COMODORO. “Somos pocas las Drags en Comodoro, no se si llegamos a ser diez, y un lugar fijo no tenemos. Vinculadas con el mundo del teatro serán dos o tres, después hay más de presencias, todas tienen sus trabajos aparte, no hay ninguna que pueda vivir del Drag”, comenta. Y refiere: “Desde que llegué en el 2021, muy de a poquito van saliendo más y se va a haciendo una movida más grande. Y hay cada vez más jóvenes que quieren arrancar y cada año siempre ocurre el nacimiento de una Drag”. 

“Siempre es algo colectivo, porque viste haciendo Drag a otra persona y te gustó. Es una cuestión de pensar qué queres mostrar, cuáles son tus gustos, inspirarte de la música, del cine, de los libros. Es único de cada persona, darle una identidad, un concepto, un nombre, que también tiene que tener una fundamentación”. 

El Drag Queen “está saliendo siendo de lo under, de lo oculto, de lo prohibido. Siempre se pensó que el Drag tiene que ser si o si para adultos, pero hay drags que hacen - por ejemplo en Córdoba - lectura en bibliotecas para las infancias. No es solamente el cabaret, los shows y lo oculto”, aclara.

Nervios; el ingrediente que no falta en cada presentación. “El día que no haya nervios, habrá que dedicarse a otra cosa, creo que tienen que estar siempre, tanto en el Drag como en el teatro. Pararse frente al público siempre supone un desafío y es un lugar que nunca lo dejaría. Son varias cuestiones que tenes que tener en cuenta a la hora de cada presentación, de un show; los zapatos y el tipo de suelo en el escenario, el vestuario y que no se salga nada, la peluca, la coreografía, la letra del play back”. 

CUANDO SUCEDE LA MAGIA. Entre dos horas y media o tres, es lo que Ariel necesita para transformarse en Miz Destroy; un ritual repleto de texturas, colores y fantasía. “Me gusta tener mi lugar y darme mi tiempo, porque eso es más lindo; la transformación. Tardo una hora en los ojos, y una hora en rostro y después media horita en vestuario, aproximadamente. Hay drags que tardan muchísimo más, cinco o seis horas, pero también depende el tipo de evento”, cuenta.

Y señala que “el Drag en sí es caro, una peluca buena debe estar arriba de 150 mil pesos o un poco más. Así que hay que ser creativa y resolutiva con lo que se tiene. Tal vez no te va a dar para pagarle a una diseñadora para que te haga un vestuario, tenes que ver qué tenes a mano y transformarlo. Suelo trabajar mucho así; con una pollera de terciopelo antigua me hice un conjunto completo, por ejemplo”.

“Hasta ahora vengo todo haciendo yo y a mano, porque no tengo máquina. Mi estilo de Drag no involucra tanta tela, hay otras que utilizan otras estructuras. Igualmente, va evolucionando, empecé haciendo vestuario con material reciclable. Por ejemplo, hice un vestido con bolsas de consorcio; ahora no trabajo con este tipo de material”. 

“El Drag no tiene género, lo puede hacer cualquiera, se trata de divertirse y de poder crear algo”, define Miz y aclara: “Para mí no hay nada más lindo que ver a una persona cuando se monta por primera vez; hay un momento, cuando se termina de maquillar, se pone la peluca, se mira al espejo por primera vez, son como cinco segundos que quedas congelado y es el momento donde entras en esta fantasía y después ya no se sale”.  

EL TEATRO Y LA DOCENCIA. Ariel decidió quedarse en Comodoro y comenzar a estudiar el Profesorado de Teatro en la Escuela de Arte. “Estoy haciendo el tercer año, y el próximo, si el universo quiere, ya me recibo”. “Me gustaría dedicarme  la docencia y también poder enseñar esto”, afirma.

“Ahora estoy trabajando en una obra de teatro en donde está toda mi energía y mi tiempo. La compañía se llama El Susto Teatro, cuyo director es Fabrio Nanni. Estamos con ‘Estación Pampa del Castillo”; es una obra en la que estamos trabajando desde el año pasado, pudimos estrenarla en febrero y estamos viendo de tener fechas durante todo este año. Ahí está mi energía, en el profesorado y en este proyecto”, concluye Ariel.