Pasaron 88 años para que la Sociedad Cooperativa Popular Limitada (SCPL) de Comodoro Rivadavia, designara a una mujer en el máximo cargo de su Consejo de Administración. Ella es Anabella Cardillo, la joven abogada que llegó hace 20 años de Gobernador Costa.

En el pueblo instaurado a la vera de la ruta nacional 40, a unos 200 kilómetros al este de Esquel, Anabella se crió junto a su mamá, papá, hermanos y abuelos paternos. El primer desafío que atravesó cuando era niña fue “irse a un pueblo en el año ‘89” luego del traslado laboral de su madre.

De aquellos tiempos rememoró con nostalgia que “el diario llegaba cinco días después, teníamos cocina a leña y después comprábamos en la estación de servicio las garrafas para calefaccionar la parte que era con gas”.

Anabella recuerda con nostalgia el pueblo de su infancia feliz: “Tengo muy lindos recuerdos de la plaza, la escuela, mis compañeros. Ahora las redes sociales te permiten tener contacto con aquellos compañeros de la escuela y seguir viendo en que anda cada uno en su vida”, comparó.

Con un nuevo traslado de su mamá, ya en 2001, recayó en la ciudad petrolera. “La gente de pueblo es muy distinta a la gente de ciudad, cuando vine a vivir a Comodoro fue también un cambio importante. Pasamos tal vez de uno de los pueblitos más chiquititos de la provincia a la ciudad más grande de la provincia”, analizó.

El cambio de vida era tan distinto para Anabella que “acá estaban de moda los peloteros para hacer los cumpleaños, y allá era en tu casa, ponías ese mantel de plástico, los globos y la torta de mamá”.

La flamante presidenta de la SCPL estudió en distintos colegios, caminó a lo largo y lo ancho de la ciudad, y en la Universidad local se graduó de abogada en “una época que pasas por todos los estados de ánimo, todas las emociones y los desafíos”, recordó.

A esa mujer que le gustan los desafíos le continuaron distintas experiencias laborales en la inspección General de Justicia (IGJ), dentro de distintas áreas de ministerio de Seguridad y en estudios jurídicos “donde empecé a ejercer otras ramas del derecho”, apuntó.

APOYO FAMILIAR

Ya un poco acostumbrada al viento y con la tranquilidad que le trasmite el mar Atlántico, Anabella se convirtió en la primera mujer en presidir la SCPL, aunque “hay mujeres dentro del Consejo de Administración y de la estructura, donde ocupan distintos cargos y jerarquías”, aclaró.

A pesar de haber mayoría de hombres en la entidad, la abogada nacida en Trelew cuenta con la muy presente referencia de su madre, quien ocupó cargos gerenciales en un banco y se jubiló hace poco tiempo con 40 años de servicio. “Yo me apoyo mucho en mi familia y el ejemplo de mi mamá fue muy importante, en lo implícito de las decisiones que tomo”, reflexionó.

Con apenas cuatro meses de gestión al frente de la SCPL enfrenta “un desafío más, una responsabilidad enorme y el compromiso que uno debe tener, es muchísimo más grande. Es una oportunidad para crecer individualmente y te da la posibilidad de dejar algo en la institución y para la comunidad, que es lo principal”.

Ella cree que la lucha de las mujeres para poder obtener un reconocimiento mayor empezó hace muchos años. Anabella describió el actual ámbito laboral en la Cooperativa: “Mis compañeros de trabajo son sumamente abiertos y te hacen sentir mucho más cómodo en el lugar. Es importante que estemos en un mismo nivel, somos diferentes biológicamente y en ese contexto aportamos cosas diferentes. La verdad que la SCPL es una institución que está muy abierta a todo esto”.

DESAFIOS Y APRENDIZAJE

Sus primeros desafíos en la SCPL fueron entender la complejidad que supone la estructura de la entidad que brinda servicios esenciales y de primera necesidad a la comunidad.

Con los equipos de trabajo capacitados cada uno en su área “tenemos un plan de gestión que vamos a llevar a adelante para los próximos años”. Buscamos brindar el mejor servicio, es el objetivo principal que “tengo yo dentro de la institución y poder balancear la empresa”.

La mujer subrayó: “nosotros somos prestadores de los servicios esenciales: el agua, saneamiento y la electricidad, son cuestiones de primera necesidad. Yo creo que, cuando uno dimensiona de qué estamos hablando, ahí el compromiso es mayor. Todos los comodorenses dependen que nosotros le demos el agua, el trabajo eficiente y mejor para todos”.

La responsabilidad “es enorme y te lleva a que todos los días te pongas la camiseta y salgas a lucharla para obtener lo mejor para la empresa, los trabajadores, los comodorenses y para uno también. No hay nada más gratificante que poder brindar o solucionar algo”.

También se propuso “poder enfibrar toda la ciudad, que hoy por hoy internet es la herramienta, lo hemos visto el año pasado y este año con la pandemia. El acceso a internet es fundamental para cada uno de los comodorenses”.

CONFIANZA DE MUJER

Para Anabella tener confianza en uno mismo es el primer paso para enfrentar cualquier situación de la vida. Por eso “si tenes dudas, rodeate de gente o mujeres que hayan vivido la experiencia para que te puedan contar qué se siente, para que te puedan demostrar que es posible”.

"Yo siempre pregono el diálogo en todos los aspectos de mi vida, es la base de cualquier vínculo, laboral o afectivo. Me apoyo mucho en mi familia porque creo que es imposible hacerlo solo”, precisó al describir los pilares que guían su vida. 

La joven presidenta concluyó: "Me encantaría que todas las mujeres se arriesguen a hacerlo, siempre y cuando lo quieran: tenés a capacidad, las herramientas, dale para adelante, no te achiques. Hay muchos lugares que hoy te abren las puertas y te permiten ser. Ojalá algún día venga alguien y me diga: ‘mirá Anabella, yo me animé’, me encantaría, me sentiría muy satisfecha”.